El pasado 16 de abril publicó el periódico LA VANGUARDIA de Barcelona un reportaje con este titular: DECIDIR EL FUTURO A LOS 15. Su autora es Mayte Rius y para su elaboración contó con la colaboración de varios orientadores y psicopedagogos, entre ellos quién esto suscribe. El contenido del artículo lo podéis leer completo en el enlace que hay al final de esta entrada. Os dejo más abajo, como entradilla, una parte del mismo:
Decidir el futuro a los 15
En tercero de ESO, con 14 o 15 años, los jóvenes eligen qué asignaturas optativas estudiarán en cuarto. La decisión no es irreversible, pero sí puede marcar el camino profesional, así que conviene aplicar un criterio mejor que el de huir de asignaturas que no gustan o de profesores que caen mal.
Texto Mayte Rius
Los estudiantes de tercero de ESO han de elegir qué tres asignaturas, de ocho posibles, cursarán al año siguiente en función de lo que vayan a hacer al acabar la enseñanza obligatoria. Algunos intentarán incorporarse al mundo laboral y los más seguirán estudiando, ya sea un ciclo formativo de grado medio (la antigua FP) o el bachillerato. Hay chavales que a esa edad, con 14 o 15 años, ya tienen muy claro a qué quieren dedicarse, pero otros no y la elección de unas u otras asignaturas para cuarto de ESO tiene su importancia porque, aunque el itinerario elegido no es irreversible, estudiar unas u otras materias les allanará el camino en futuros estudios o les obligará a esforzarse bastante más. “Si en cuarto un joven elige latín, música e informática y luego quiere hacer un bachillerato de ciencias se tendrá que enfrentar a asignaturas como física y química o matemáticas de un nivel más alto al que él tiene, y necesitará un esfuerzo extra para alcanzar el éxito”, ejemplifica Miguel Ángel Valverde, orientador de secundaria en el IES Mar de Poniente de La Línea (Cádiz) y autor del blog El orienta poniente.
En realidad, la mayoría de institutos no deja combinar a la carta las asignaturas optativas, sino que ofrece tres o cuatro alternativas pensadas para los alumnos que no seguirán estudiando o que harán un ciclo formativo, para los que se orientan hacia un bachillerato científico y para los que se decantan por uno humanístico. En el futuro estos itinerarios estarán aún más definidos, porque la ley de Economía Sostenible establece que en cuarto de ESO se tendrán que ofrecer asignaturas específicamente orientadas a los ciclos de grado medio de FP, diferentes de las que cursarán quienes tengan previsto estudiar un bachillerato. El Ministerio de Educación prevé aprobar el decreto que desarrolle estos cambios en junio, con la idea de que se apliquen en el curso 2012-2013.
Acotando itinerarios los institutos tratan de facilitar la elección. “Si tienes una orientación científica, lo mejor es escoger física y química, biología y tecnología; y si apuestas por estudios humanísticos, decantarte por latín, una segunda lengua extranjera, música o informática”, resume Benjamí Montenegro, del Equip Psicològic del Desenvolupament de l’Individu. Los itinerarios pueden simplificar las cosas, pero Valverde asegura que en cada curso hay un 20% de chicos y chicas que no sabe qué hacer y que, con frecuencia, trata de elegir por descarte. ¡Craso error! “Nunca es una buena elección tomar decisiones en contra de. Hay chavales que, ante la duda, deciden eludir las matemáticas porque no se les dan muy bien o rechazar las asignaturas en las que el profesor tiene fama de duro; y resulta que están condicionando su futuro profesional por no esforzarse un poco”, advierte Valverde. “Hay que elegir pensando en lo que se quiere, escogiendo las asignaturas en las que, por capacidad o por interés, se obtienen mejores resultados y las que estén relacionadas con las preferencias que se tienen para los estudios postobligatorios; y, ante la duda, optar por lo que te cierre menos puertas”, enfatiza Ángel María Casajús, pedagogo especializado en orientación escolar y profesional y miembro del grupo de expertos del Col·legi de Pedagogs de Catalunya. Y la opción que acostumbra a cerrar menos puertas es, según los expertos consultados, la que incluye las asignaturas relacionadas con los estudios de ciencias o científicos, como física y química, matemáticas o biología.
Casajús considera que si desde primero de ESO los estudiantes han estado bien orientados, en tercero ya tienen bastante conocimiento sobre sus aptitudes, sus capacidades, motivaciones y limitaciones como para que la decisión de las optativas de cuarto, o incluso de la modalidad de bachillerato, no resulten traumáticas. De hecho, la elección de qué asignaturas estudiar en cuarto nunca ha de ser traumática, porque al acabar la ESO se pueden elegir los ciclos formativos o el bachillerato que se quiera, si bien se estará mejor o peor preparado según las materias cursadas.
El bachillerato sí marca “La elección que sí resulta definitiva es la del tipo de bachillerato”, afirma Benjamí Montenegro. En 4.º de ESO, con 15 o 16... (Leer el texto completo en el siguiente enlace...).
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