miércoles, 24 de junio de 2009

¿QUÉ ES EL PROCESO DE BOLONIA Y COMO PUEDE AFECTAR A LOS ESTUDIANTES?

La Universidad está en un proceso de reforma de sus titulaciones y planes de estudio que se conoce como “proceso de Bolonia”. Recibe ese nombre de la ciudad italiana en la que se firmaron los acuerdos para la creación del Espacio Europeo de Educación Superior entre los ministros de educación de 29 países de Europa. Su finalidad consiste en favorecer la competitividad de la universidad, el intercambio de titulaciones y la movilidad de estudiantes y profesorado a través de la creación de un espacio europeo universitario en el que las carreras tengan un valor común.

¿Cómo afectará “Bolonia” a nuestros estudiantes?
En primer lugar, la estructura de los estudios universitarios va a cambiar, desaparecerán las actuales Diplomaturas (carreras de 3 años) y Licenciaturas (5 años) y aparecerán los títulos de GRADO (de carácter general y de 4 años de duración, algunos más). Además del GRADO, existirán dos niveles más: MASTER (de especialización y que durarán entre 1 y 2 años) y DOCTORADO (3-4 años). También cambiarán los planes de estudio de las carreras, es decir, su contenido, e incluso, en algunos casos, hasta su denominación. Desaparecerán carreras y se crearán otras nuevas. En el curso 2010-2011 se dejarán de ofertar las “viejas” titulaciones y sólo se podrán ofertar los nuevos Grados.
Otro aspecto que “Bolonia” quiere favorecer es la movilidad de los estudiantes y del profesorado dentro de ese espacio de educación superior europeo. No obstante la falta de unos contenidos de base común en las carreras puede dificultar esta movilidad.
También se pretenden sustituir las clases magistrales por un modelo metodológico basado en las nuevas tecnologías, clases prácticas y trabajo en equipo. Aunque esto estará por ver.

Críticas al proceso de Bolonia
Un aspecto controvertido es el de la financiación, pues se pretende que la financiación privada (empresas) y propia (aumento de las tasas) vaya sustituyendo a la pública (del estado). Este aspecto provoca las críticas del movimiento “antibolonia” referidas a la mercantilización de la enseñanza y al aumento del precio de las carreras.
Otro aspecto polémico es también el de las becas-préstamo (o préstamos renta universidad). Desde Bolonia se plantea esta posibilidad para evitar fraudes y, a su vez, para hacer conscientes a los estudiantes del coste de su educación. No obstante este tipo de becas-préstamo afectará especialmente a aquellos estudiantes de familias con ingresos más bajos, pues tendrán que devolverlas, aunque en un plazo máximo de 15 años. El gobierno se ha comprometido a ofrecer becas convencionales para los estudiantes de los Grados y las becas-préstamo, junto con las anteriores, destinarlas para el nivel de Máster.

Cambios en la Selectividad
La entrada en vigor de la reforma universitaria, implica además una nueva Selectividad que se pondrá en marcha el próximo curso escolar. Tendrá dos partes, una general obligatoria (con 4 exámenes) y otra específica voluntaria (de materias relacionadas con la carrera universitaria que se desea realizar) para mejorar la nota. Las Universidades darán más o menos valor a las materias de modalidad según su conexión con cada uno de los títulos de Grado. Los estudiantes tendrán que conocer esos "parámetros de ponderación" a la hora de elegir las materias de modalidad y las optativas. En el blog de EL ORIENTA PONIENTE he creado una entrada informando sobre este aspecto de cara al curso próximo.

domingo, 21 de junio de 2009

EL APRENDIZAJE DE LA RESPONSABILIDAD, PAPEL DE LA FAMILIA

¿Qué es la responsabilidad?
En muchas ocasiones oímos que tal o cual persona no es responsable, incluso escuchamos que los jóvenes son poco o nada responsables. Se dice que alguien no es responsable cuando no cumple o se le olvidan sus obligaciones, cuando tiene comportamientos arriesgados o antisociales, cuando no asume las consecuencias de lo que hace y le echa la culpa a otras personas. Es claro que uno de los objetivos de la educación familiar y escolar es conseguir que los hijos y estudiantes sean personas responsables y que se comporten con arreglo a esta cualidad. Vamos a comenzar tratando de definir la responsabilidad a través de una serie de categorías o niveles que nos faciliten su enseñanza.
La responsabilidad es un valor que tiene varios niveles de significación. Uno, es una cualidad propia de una persona cuidadosa y atenta en lo que hace o decide; dos, está relacionada con el respeto a los derechos y sentimientos de los demás; tres, un comportamiento responsable es propio de alguien que ayuda a los demás; cuatro, es propio de una persona que actúa con autonomía y libertad; cinco, una persona responsable reconoce y acepta las consecuencias de un hecho realizado libremente.

¿Cómo se aprende a ser responsables?
Esta cualidad o valor, con la que no se nace, tiene que ser un objetivo fundamental a conseguir con los adolescentes y jóvenes principalmente en el ámbito familiar y, también, en el escolar. Se trata, por consiguiente, de crear un ambiente en la casa y en la escuela que les enseñe a decidir de forma adecuada, teniendo en cuenta diferentes alternativas y valorando con antelación las consecuencias de sus decisiones; de hacerles conscientes de la existencia de los demás y de sus necesidades; de conseguir que sean atentos y cuidadosos en lo que hacen; y, por último, a sentirse responsables de lo que hacen.
Esta cualidad no se consigue de forma instantánea al cumplir una edad, sino que se adquiere de forma progresiva a través de un proceso. Se comienza como un juego imitando a los padres y poco a poco se van adquiriendo mayores responsabilidades. No podemos pedirle a un chico o a una chica que sean responsables porque ya tienen edad si desde pequeños no hemos ido dándoles responsabilidades y haciéndoles ver las consecuencias de sus actos. Son los padres los que administran no sólo los derechos sino también las responsabilidades de los hijos: “Has cumplido un año más y te vamos a ampliar el tiempo para salir, pero tendrás también que sacar la basura...”.
El papel de los padres consistirá en establecer las normas y obligaciones de los hijos; animarles y ayudarles a cumplirlas; reconocer y valorar sus aciertos; y establecer consecuencias negativas (castigos) si no las cumplen. No será aconsejable hacer las cosas por ellos porque no las hacen bien o por lástima; exigir las obligaciones un día sí y otro no; recordarles muchas veces lo que tienen que hacer; o que no cumplan con las obligaciones y que no pase nada. Por consiguiente, las responsabilidades han de estar claras y el comportamiento de los padres ha de ser coherente.

¿Qué responsabilidades u obligaciones son propias de los adolescentes?
Las obligaciones de los adolescentes estarán relacionadas con los horarios de entrar y salir; con el uso de la televisión, el ordenador o la pley; con el estudio en casa y con la asistencia al instituto; y con la colaboración en las tareas del hogar; entre otras. No existen responsabilidades diferentes para chicos o para chicas. Es importante que ambos aprendan a colaborar en las tareas del hogar: a poner y recoger la mesa, a lavar los platos, a hacer de comer, a limpiar la casa, a poner la lavadora, a tender... El aprendizaje de estas actividades dependerá de la edad, pero no tienen por qué estar asociadas a ser hombre o mujer.
Puede ser recomendable poner por escrito las obligaciones de los diferentes miembros de la familia en un lugar bien visible para que sirva de recordatorio a todos. Tienen que estar bien explicadas para que no haya dudas sobre quién, cómo o cuándo hay que realizarlas. Hay que establecer también las consecuencias positivas y negativas que tendrá el cumplimiento de las responsabilidades.
Finalmente, los padres tienen que darle a sus hijos e hijas la oportunidad de ser responsables, porque conforme vayan siéndolo, van a adquirir mayor confianza en sí mismos y esto les animará en su proceso de hacerse personas responsables.
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