viernes, 5 de junio de 2015

NOMOFOBIA: ¿HÁBITO, TRASTORNO O ADICCIÓN?

El teléfono móvil inteligente, los llamados "smartphones", han triunfado en los últimos cuatro años entre nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes (en diciembre de 2011 publicamos una entrada sobre este tema: "Adolescentes, Reyes Magos y teléfonos inteligentes"). Aunque ya existía desde hacía años el teléfono móvil tradicional, la irrupción de las "blackberrys" y las siguientes generaciones de móviles, han transformado su uso y los hábitos de nuestros estudiantes. Un teléfono móvil ya no es solo un medio de comunicación sino una plataforma compleja de  contenidos y aplicaciones relacionadas con la comunicación, la información, el juego, las relaciones sociales, la imagen...

Observamos cada vez más frecuentemente como los medios de comunicación social alertan sobre las consecuencias que el uso incontrolado del móvil está causando en la vida de muchos adolescentes y jóvenes. En marzo de 2014 publicamos en este blog un "Estudio sobre el uso del móvil entre el alumnado de 1º de ESO". La primera reacción de muchos centros educativos, entre ellos el nuestro, ha sido la prohibición del uso del móvil, respuesta defensiva ante el descontrol de su utilización espontánea por el alumnado, pero poco educativa a medio y largo plazo. Tenemos que conocer mejor y pronto estas tecnologías y analizar su uso educativo para ofrecer una respuesta adecuada a un contexto escolar innovador y de futuro.

Las familias son un elemento capital a la hora de enseñar a sus hijos e hijas un uso apropiado del teléfono móvil y de establecer condiciones para ello. No es responsable ni educativo regalar un móvil sin condiciones. Hace unos días, después de enseñarme un alumno de 1º de ESO una conversación de wassap plagada de insultos e improperios, cuando le pregunté si sus padres le miraban el móvil, me contestó: "Mis padres dicen que respetan mi intimidad". Con tanto respeto no sabemos si el que educa a este chico es el móvil, las amistades o el azar, desde luego los padres parece que no. Las familias tienen que conocer lo que regalan a sus hijos e hijas, enseñar, supervisar y controlar su uso.

En la última reunión del Grupo de Trabajo de Orientadores y Orientadoras de Secundaria del Campo de Gibraltar tratamos sobre la adicción o dependencia al móvil, la llamada "Nomofobia". Los contenidos principales del tema tratado se encuentran recogidos en esta presentación:


Es de gran interés también este artículo, "Adicción o abuso del teléfono móvil. Revisión de la literatura." En él se recoge una revisión de contenidos y estudios relacionados con el tema que fue publicado en 2012 y que nos da una idea de la situación de este campo de conocimientos hasta esa fecha.

La adicción al móvil no está recogida en el DSM-V. El único trastorno comportamental de tipo adictivo que está incluido en esta publicación es el "juego patológico". No obstante, observamos como en muchos casos la relación que tienen algunos adolescentes con el teléfono móvil es algo más que un mal hábito y se convierte en un trastorno que implica una progresiva pérdida de control sobre su uso que interfiere en su vida escolar, familiar y social. Por consiguiente, aunque no esté reconocida como una patología "todavía", parece bastante obvio conforme se extiende su uso entre los más jóvenes, que estamos ante un fenómeno que los orientadores y orientadoras tenemos que conocer y comprender para proporcionar una respuesta adecuda ante el alumnado con signos de trastorno comportamental debido a su uso descontrolado. También para desarrollar actuaciones preventivas que conciencien y ayuden a los estudiantes y a sus familias a mantener una relación equilibrada con estas tecnologías.

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